Aquello que es Nuestro Nunca Nos Va a Faltar

Ulises Nunez Rodriguez SP-326-IS
Derechos de los Ancianos

Aquello que es Nuestro Nunca Nos Va a Faltar

La realidad es que nuestros derechos no disminuyen con los años; sin embargo, nuestra capacidad o interés en ejercitarlos se vuelven secundarios. No es secreto que nuestras prioridades cambian y en muchos casos inclusive a diario. Estos cambios de dirección son forzados por experiencias, circunstancias, anhelos y sentimientos encontrados en el camino. Cuando miro la historia de “El hijo de la novia” reconozco estas cosas y las muchas vueltas que da la vida.

Al momento de ser ancianos, conservamos todos nuestros derechos a la autonomía e independencia. Ante la ley tenemos potestad durante toda nuestra vida de tomar nuestras propias decisiones y decidir nuestro lugar y envolvimiento tanto en la sociedad como en nuestras relaciones interpersonales. En “El Hijo de la Novia” vemos a Norma perder todo sentido de su independencia a causa de el Alzheimer. Esto le instruye dirigir su vida a su gusto y gozar de sus libertades fundamentales.

El conflicto en la película es el hecho de que Norma no puede casarse con Nino, ya que, ella no es considerada como acta para tomar esta decisión de por vida por si misma. Cuando estudié los derechos de los ancianos, también decía que los ancianos tienen derecho a exigir su cuidado por parte de su familia. Los hijos tienen que responder y cuidar de sus padres envejecientes. En el caso de Norma, ella tiene un buen sistema de apoyo. Ella tiene a Nino, el cuidado personal que recibe en la residencia, a Rafael y sus amigos; todas estas personas quieren lo mejor para ella y ante sus ojos de ellos esto significa tener la boda. Quién decide cuándo los seres queridos tienen el poder de tomar decisiones en nuestro nombre y por qué existen ciertas limitaciones? Están son algunas de las preguntas que me hago cuando pienso sobre este tema.

Uno de los derechos que siempre permanece es el derecho a la dignidad que nos dice que todo ser humano debe de ser respetado y valorado. A pesar de todos los sufrimientos de Norma y su familia ante su enfermedad de el Alzheimer, Norma nunca ha perdido su derecho a la vida y a la dignidad. Su familia siempre ha hecho lo posible de proveer un cuidado de calidad lleno de amor y respeto. Por último, me gustaría destacar que los lazos de sangre son eternos y hacen posible que nosotros seamos capaces de sobrepasar cualquier obstáculo que se presente en el camino. Donde hay buenas intenciones, amor y cuidado siempre habrá éxito, felicidad y esperanza.